20061130

Cocinar es un Arte


Todo artista tiene un objeto “ideal” al cual quiere llegar y tiene en mente. Por ejemplo el escultor desea llegar a una perfección en su modelo al esculpir, el pintor tiene en mente algo y trata de plasmarlo en la tela y así en cada uno de los personajes que se consideren o sean considerados artistas. No es distinto al momento de cocinar, el artista cocinero intentará lograr lo que tiene en mente, lograr el ideal el objeto que desea conseguir. Ahora, en toda escultura, pintura, comida, danza o cualquier demostración artística, el artista nunca llegará a lo que quiere y siempre es crítico hacia su obra, nunca va a llegar a lo ideal que tiene en mente y es decisión propia y con sufrimiento el decir que la obra la tiene lista, claro que por dentro en realidad cree que está bastante lejos de lo que quiere, pero determina que cualquier efecto adicional lo aleja aún más de lo que desea.

Es por esto que el artista culinario al finalizar su obra la encontrará terminada, pero nunca será ideal para él y es así en toda muestra artística del que se vale realmente llamar artista. Las obras nunca alcanzan el ideal que está en sus mentes, nunca llegarán a ser lo que realmente quieren que sea, es por esto que todo artista busca la perfección.

Refiriéndome a otra cosa, al interiorizarse en el mundo culinario, uno aprende y destaca ciertas cosas. Por ejemplo las especies representan mucho más que fragancias y sabores, así como también la sal, que contempla el objeto del sabor. Las especies aromáticas suaves y dulces como la canela, clavos de olor, entre otros, pueden aportar calidez al ambiente al aplicarse en la comida, así como el aroma también aporta conversaciones suaves y engrandecidas. Por otro lado las especies fuertes como la pimienta aumenta las tensiones, es por esto que se debe manejar con moderación y cuidado.

Existe una cantidad increíble de combinaciones que se puede lograr, cada diferencia por más mínima que sea da como resultado un sabor y una reacción distinta, es por esto que cada artista culinario se diferencia de otro, lo que se conoce como la mano del cocinero. Si tiene buena mano es que siempre las cosas agradan, y eso es lo que el artista quiere. Pero también están los innovadores que intentan crear un arte abstracto con las comidas, mezclando sensaciones inimaginables, pero que en conjunto son buenas finalmente. Por otro lado están también los estructurados, que se rigen estrictamente por las cantidades definidas en las recetas. Y también están los improvisadores, que saben de nombres pero no de cantidades. En cada uno de ellos está un arte distinto y valorable.

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